¿Estás siempre a la defensiva?
¿Tienes la sensación que cualquier cosa que te digan es para atacarte? ¿Crees que las personas de tu alrededor quieren hacerte daño? ¿Necesitas estar siempre a la defensiva porque te sientes vulnerable?
Diversas circunstancias, situaciones o vivencias, hacen que siempre estemos a la defensiva, que tengamos la sensación que van a atacarnos o que nuestro entorno dice o hace las cosas para hacernos daño. Pero probablemente, si lo miramos de una manera más objetiva, es solo la sensación que tenemos nosotros de que está pasando eso, y las personas de nuestro alrededor se relacionan con nosotros como lo habían hecho hasta ahora.
¿Y por qué nos pasa esto? Si nos hemos sentido atacados, aunque sea de manera inconsciente, automáticamente creamos defensas para no recibir esos ataques, pero si esas defensas no las bajamos o eliminamos cuando el «peligro» ha desaparecido, siguen estando en funcionamiento, y literalmente, creemos que el mundo está en contra nuestra.
Creamos corazas energéticas, muros, nuestro lenguaje cambia y un montón de programas automáticos y patrones de comportamientos negativos pasan a formar parte de nosotros para mantenernos en ese estado de alerta y defensa. Pero este comportamiento, y sobre todo, las emociones que empezamos a sentir, corren sin control por nuestro cuerpo emocional y nos perjudica, ya que dejamos de interactuar con el mundo que nos rodea de una forma natural, y poco a poco nos sentimos más aislados y enojados con la vida.
Esta situación debemos revertirla, y para ello la terapia energética es una herramienta maravillosa. Por un lado, saca a la luz el por qué de nuestro comportamiento y por qué hemos llegado a sentirnos así, y por otro, nos libera de todos esos escudos y agresividad que llevamos dentro, para volver a sentirnos libres, seguros, y sobre todo, volver a ser las personas que éramos antes.
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